Recuerdo cuando tenía unos pocos años, sería por allá el 1990 o el 1991, en casa, siempre había habido ordenadores, des que tengo uso de razón mi hermano programaba en una máquina estrafalaria que sobre fondo negro disponía palabras verdosas, en este, mi hermano programaba y guardaba y ejecutaba las cosas en unos disquettes un tanto particulares que más bien parecían cassettes. Era un AMSTRAD.
Por aquél entonces me gustaba mucho trastear con los ordenadores, al haber en casa yo me pasaba horas observando a mi tío y mi hermano manejar esas cosas. De vez en cuando mi padre me llevaba a las oficinas de la fábrica, allí había unos ordenadores blanquitos, que tenían una cosa llamada "ratón" y que tenían una manzana arcorieada en la carcassa, eran Machintosh. Y eran mucho mejores que eso que tenemos en casa. Luego se sucedieron ordenadores con Windows 3.1, 3.11 de la era 386/486. Ya entonces cuando tenía 11 años llego el primer gran regalo de mi vida, un IBM Activa, un mega-Pentium 120Mhz con 14M de RAM y un disco duro de 250Mbytes con Windows 95 y Lotus Suite. La ostia vamos. Con ello llegó la coniexión a 33k con módem de Teleline y gracias a este mega-ordenador que costó 360.000 de las antiguas pesetas, por fín pude dejar de escribir mis trabajos del cole a máquina. A este le sucedió un AMD a 700Mhz y Win98, y de allí más tarde nació mi primer portátil para empezar la carrera, un Toshiba Satellite de los primeros Centrino.
Apenas hace una semana y media, mi flamante Toshiba de 5 años y pico dijo BASTA.
Así que había que comprar un portátil nuevo. Así que era hora de dejar el lado oscuro de la informática y juntarme con los jedis, con los iluminados, con aquellos que dicen que hay un mundo sin virus, un mundo de diseño, un mundo de nuevas compatibilidades, de viejos fantasmas auyentados, un mundo donde no existe la terrible y temible Pantalla Azul de la Muerte, un mundo en resumen mejor. (Pero más caro).
Bien, este es mi primer post con mi nuevo y flamante MAC Book PRO.
Llevo unos pocos días con él, apenas 3, pero ya os puedo decir que SÍ que es VERDAD, que esto es la ostia, y que jamás, juro por todos mis santos que jamás, volveré a usar un PC (ni a pasar hambre). Empieza el
iJourney
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