sábado, 1 de noviembre de 2008

E.M. Cioran o el pesimismo



Hace algún tiempo un buen amigo me prestó un libro de esos que enriquecen a cualquier amante del conocimiento. Se trata de un texto conocido como Adiós a la filosofía y otros textos, el autor es un filosofo de origen rumano conocido por Cioran.

Se trata de un filosofo marcado por los grandes problemas de nuestro tiempo.William H. Gass definió el trabajo de Cioran como "un romance filosófico en temas modernos como la alienación, el absurdo, el aburrimiento, la futilidad, la decadencia, la tiranía de la historia, la vulgaridad del cambio, la conciencia como agonía, la razón como enfermedad". Su pesimismo es tan acusado que le hace depreciar la vida, a los demás e incluso a sí mismo, era común en sus labios la siguiente frase "Soy sólo un accidente. ¿Por qué debo tomarme en serio?". Pero no pensemos de él como un loco, sino más bien como un genio que pretendió destruir la filosofía negando toda verdad. Pensaba que tras los complejos sistemas filosóficos que pretender elaborar los pensadores se ocultaba un ansia de inculcar sus pensamientos sobre los demás, es decir, un sentimiento irracional de imponer su verdad a los demás y en este sentido formar a futuros fanáticos. Era un crítico, un escéptico postmoderno, en fin un "graciosín" ajeno a todo formalismo y convención. Fue un acérrimo seguidor de filósofos "aislados", ajenos a toda pretensión intelectual tales como Dithey o Kierkegaard, filósofos de la catástrofe, de la duda y de su intento de superación.

El hecho de que Cioran tuviera estos pensamientos nos hace pensar en el pesimismo, pero sin embargo en su lenguaje no existe tal sentimiento, sino que es un lenguaje vivo, lleno de fuerza. Creo que Cioran sí apreciaba su vida (de hecho murió de anciano), le gustaba tal y como era, se sentía cómodo inmerso en aquello que le apasionaba, la crítica, la crítica con tono enérgico y violento, como prueban sus aforismos, claros, exactos, precisos como un latigo que pretende sacarnos de la ignorancia fácil.

Cioran fue introducido en España por Fernando Savater. Algunos filósofos españoles pensaban que Cioran era un nombre inventado por Savater, que realmente detrás de ese amargado pensador se encontraba el risueño Savater. Se dice que cuando Savater le comentó la anecdota a Cioran, éste dijo que no le importaba en absoluto que le consideraran una invención. Es indudable la importancia del filósofo español en el conocimiento de Cioran, de hecho es en España donde más se ha leído a este autor.

1 comentario:

ALBERTO dijo...

Hola, la obra de Cioran es increiblemente portica y profunda, siempre vuelvo a sus libros.