domingo, 28 de marzo de 2010

Paradojas


Primero vino un niño inocente,
y me preguntó cómo eran las cosas,
le respondí que no lo sabía.
Después vino un anciano sabio,
y me preguntó cómo eran las cosas,
volví a responder que no lo sabía.
Después llamaron a mi puerta las mujeres,
y me preguntaron cómo eran las cosas,
respondí que no lo sabía.
Más tarde llamaron los hombres,
con la misma pregunta,
y tampoco fui capaz
de responder en afirmativo.
Al cabo llegaron los conservadores,
seguidos de los anarquistas.
Después científicos y campesinos,
curas y filósofos,
santos y ladrones,
profesores y aprendices,
generales y soldados,
sanos y postrados,
cazadores y ecologistas.
Todos me hacían la misma pregunta:
¿Cómo eran las cosas?
No supe que responder...
y ahora
que lo sé todo
sólo sé que no sé nada.

4 comentarios:

DaVinci dijo...

Cuanta razón tenia Sócrates!.

Noe Domènech* dijo...

una razón que quedará para siempre

marcsit dijo...

Muy bueno Perceval, como siempre. Despacio, despacio.

José Luis Díaz dijo...

Sócrates fue el primero en darse cuenta de esta verdad, quizá la única... y por eso sabiendo esta verdad se sabe todo y lo que se sabe es que no se sabe nada... En fin esto es casi un trabalenguas ;) Un saludo a todos!!