Después de tantos meses puede llegar a hacerse raro reemprender todo esto, incluso podría parecer un sinsentido. Muchas han sido las circumstancias que nos han llevado a dejar el sitio en las manos del olvido. Todas ellas están sin duda relacionadas con la falta de tiempo: La universidad mayormente. Llevar un blog al día es una tarea complicada (tres, como es mi casi podéis imaginaros). No obstante ver cerrado El Día Que Nunca Llega, con las ganas de escribir para él que tenía y sobretodo teniendo en cuenta la base de vosotros, lectores que tenemos y autores, nosotros (un grandísimo potencial literario) que somos, no es tarea fácil llegar a plantearse cerrar este sitio que tantas alegrías y conversaciones nos ha dado.
Es por ello que he decidido desempolvarlo y empezar de nuevo.
Nuevo diseño: he tomado prestada de Escher esta fenomenal imagen, presente en mi retina desde los libros del colegio de matemáticas y estos nuevos tonos más pasteles y más cálidos para hacer que el sitio de alguna forma os sea más cercano.
Nueva motivación: el tiempo en el que hemos mantenido el silencio no ha sido en vano y todos tenemos bastante que contaros. Así que poco a poco, así será: escribiremos sobre todo lo que nos apetezca y queramos compartir hasta que llegue ese día...
El Que Nunca Llega.
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