Sigue el artículo sobre la movida ecuatoriana de principios de octubre, ERICK MOISÉS SUÁREZ DE FIGUEROA Y FAJARDO-JIMÉNEZ:
Y fue desde el Palacio de Carondelet que el Presidente Correa dio una versión, según la cual, todo había sido un intento de golpe de Estado en su contra, orquestado por la partidocracia tradicional, por la derecha y por el ex Presidente de la República, Lucio Gutiérrez Borbúa (derrocado en abril de 2005 por una revuelta popular en la que, casualmente, participó el actual Presidente Correa junto con sus alumnos, cuando era solo un joven profesor de Economía en la Universidad San Francisco de Quito). Pero en ningún momento durante la jornada aparecieron ni movimientos de la derecha tradicional (que más bien estaban enfadados por no poder realizar con normalidad sus actividades productivas) ni mucho menos de la partidocracia tradicional, porque esta se halla casi extinguida por la falta de liderazgo y por la fuerza aplastante del Movimiento Alianza PAIS, que cada día va captando más poder y protagonismo y empiezan a identificar partido con Estado. Y el único elemento en el que se basa para acusar al ex Presidente Lucio Gutiérrez fueron las vivas a su nombre que dieron los agentes de la Policía Nacional del Ecuador durante las protestas, en atención a que fue el ex Presidente Gutiérrez el que en su momento les hizo importantes mejoras salariales, pues Lucio Gutiérrez ni siquiera estaba en Ecuador, sino que se hallaba en Brasilia dictando conferencias.
5.- El resultado en la sociedad civil fue una INSEGURIDAD GENERALIZADA en todo el territorio de la República del Ecuador (incluidas las islas Galápagos, donde la Armada del Ecuador se vio obligada a asumir funciones policiales para proteger a los turistas), pues no había quien controlara la seguridad y el orden público. Las compañías privadas de seguridad solo cuidan las propiedades o negocios de quien los ha contratado y los agentes de las Policías Metropolitanas (municipales), no podían darse abasto, no solo porque son inferiores en número, sino porque no cuentan con los medios materiales ni con la preparación suficiente. Y lo propio en la provincia del Guayas, la Comisión de Tránsito de la provincia del Guayas, cuerpo policial propio especializado en tránsito, pero que subsidiariamente ejerce funciones de seguridad ciudadana, tampoco podía de buenas a primeras asumir el control de la seguridad en todo el territorio de la provincia.
Durante la jornada, como consecuencia de la falta de Policía, se produjeron saqueos, atracos, enfrentamientos entre adolescentes de colegios públicos tradicionalmente rivales, violaciones a mujeres, entre otras cosas. Se llegó al extremo de que muchos grandes almacenes (especialmente las dos grandes cadenas: Casa Tosi y Almacenes De Prati), para evitar destrozos, prefirieron dejar las puertas abiertas y permitir que la gente se llevara lo que quisiera y lo propio en las cadenas de supermercados MI COMISARIATO, SUPERMAXI y TIA, al parecer, como indicaban los reportes del cable internacional, fue “día de compras gratuito”, pues la turba descontrolaba buscó pillar todo lo que pudiera. No es la primera vez que suceden estos acontecimientos y tampoco creo que sea la única … solo quien ha vivido en carne propia lo que es la ausencia de control social, la falta de autoridad que imponga orden y garantice la seguridad, puede comprender lo que pasa en estas circunstancias: a la gente le afloran los instintos más bajos y deleznables y no hay capacidad alguna de raciocinio ni de diálogo, es como si se diera carta blanca para hacer todo lo que viniese en gana sin tener que responder por ello. He tenido esta experiencia ya en el año 2000, cuando fue derrocado el Presidente de la República Jamil Mahuad Witt, el 21 de enero de aquel año: desde el momento en que abandonó el Palacio de Carondelet y durante aproximadamente tres horas, no hubo autoridad alguna en Ecuador y la Fuerza Pública (el conjunto de militares y policías), se limitó a contemplar lo que las turbas empezaron a hacer sin intervenir en ningún momento: saqueos, robos, destrucción de la propiedad privada, etc., en aquel momento, bajo el argumento de que “no había autoridad a quien obedecer “ (sic.), porque ellos solo cumplían órdenes, si no había quien se las impartiera, nada podían hacer; eso lo solucionó luego el Honorable Congreso Nacional declarando amnistía general por los hechos sucedidos el día 21 de enero de 2000, con lo cual, nadie respondería penalmente por lo sucedido durante esa jornada (este es el mecanismo jurídico al que siempre se recurre luego de revueltas sociales que terminan con derrocamiento del Presidente de la República: se concede amnistía y listo, así se evita el procesamiento penal tanto por el derrocamiento como por los delitos comunes realizados durante las jornadas que condujeron al fin del Gobierno, ¡ me lo sé de memoria ¡).
Pero esta vez Correa no permitirá que la Asamblea Nacional conceda amnistía a los agentes de la Policía Nacional involucrados, porque su Movimiento Alianza PAIS tiene el control absoluto de la Cámara. Los acontecimientos del 30 de septiembre, lejos de debilitar o desestabilizar a Correa, lo han fortalecido, ahora es considerado una víctima y un héroe, goza del prestigio y beneplácito de la comunidad internacional, su poder internamente aumentará y ya anuncia, si no se dan las cosas como él lo desea, la utilización del mecanismo de la “muerte cruzada”, previsto en la Constitución: el Presidente de la República resuelve la disolución de la Cámara y convoca a elecciones generales anticipadas, hasta tanto se realizan, gozará de poderes extraordinarios y podrá expedir decretos con fuerza de ley. Todo esto apunta a una instauración de formas dictatoriales que, aunque trasnochadas, siguen estando interiorizadas en muchos sectores políticos e incluso gozan del beneplácito de las masas populares, pues existe la creencia generalizada, sobre todo en los niveles más bajos, de que “solo de esa manera se puede progresar”.
En definitiva, los hechos reales se resumen en una huelga de agentes de la Policía Nacional del Ecuador en protesta por recortes que sufrirán cuando entre en vigor el proyecto de ley aprobado recientemente. Como consecuencia de la declaratoria de la huelga, se produjo un acto de insubordinación, debido a la disciplina militar a la que está sujeto el cuerpo, que derivó, lamentablemente, en una agresión al Presidente de la República y posteriormente en su secuestro. Esto generó una situación caótica generalizada en el país durante toda la jornada, que se solucionó durante la noche, ya con el estado de excepción declarado. Las cosas han vuelto a su cauce normal y ahora se ha resuelto depurar la Policía Nacional (es decir, someterla al absoluto control por parte del Ejecutivo, poniendo al frente a oficiales incondicionales al Presidente de la República).
Por tanto, cualquier información que haga alusión a intento de golpe de Estado o de desestabilización del Gobierno legítimo de la República del Ecuador, es absolutamente falsa, aunque comprendo que el Presidente Correa y su equipo de asesores de ahora en adelante se preocuparán por sacar provecho político de estos acontecimientos, lamentables desde todo punto de vista e inaceptables jurídicamente, pero que acaso jugarán un papel similar al que pudo haber tenido el intento de golpe de Estado contra el Presidente Chávez en Venezuela, en 2002, que lejos de debilitarlo, lo fortaleció más.
La comunidad internacional, desde luego, ha manifestado su respaldo al Presidente Correa, como legítimo Presidente de la República del Ecuador, algo conveniente, pero superfluo al no tratarse en lo absoluto de un intento de golpe de Estado.
ERICK MOISÉS SUÁREZ DE FIGUEROA Y FAJARDO – JIMÉNEZ DE ALMEIDA – CARVALHO .
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