1. Cualquiera que venga es la persona correcta. 2. Pase lo que pase es lo que tenía que pasar. 3. Empieze cuando empieze es el momento correcto. 4. Cuando termine se acabó.
4 comentarios:
Anónimo
dijo...
Joder, filosofía de la vida en estado puro. Sí señor.
:), a veces las cosas son más sencillas de lo que parece pero mantener esta actitud tampoco es muy bueno porque es aceptar lo que nos viene, y no se trata de eso.
Pero, ¿acaso no se trata de aceptar lo que nos viene, siendo todo eso aquello que no depende de nosotros, que no podemos controlar? Que, además, es la mayoría de lo que nos rodea, y de lo que llevamos dentro, ¿no?
Además, si cambiamos el sentido de la palabra "correcto"... ya no suena como que uno se conforma con todo. Es decir:
En el primer punto, la persona que llegue es, simplemente, la que la conjunción de infinidad de variables ha hecho que llegue... ¿no?
En el segundo, idem de lo mismo: las variables provocan esto o aquello.
En el tercero, cuando comenzamos algo (si hablamos de algo "controlado" por nosotros) es que empieza cuando tenía que empezar, o sea, cuando nuestra "acción" se ha puesto en marcha.
Y en el cuarto, efectivamente, cuando algo realmente se acaba, lo más positivo para nosotros mismos es aceptarlo.
He dejado una entrada un poco de acorde con lo que hablamos, efectivamente el Fatalismo, o el Determinismo es un pez que se muerde la cola, que entiendo que es lo que quieres decir.
Y suscribo todo lo que dices, pero a veces sucede eso: subestimamos el poder del cambio.
4 comentarios:
Joder, filosofía de la vida en estado puro. Sí señor.
Iván
:), a veces las cosas son más sencillas de lo que parece pero mantener esta actitud tampoco es muy bueno porque es aceptar lo que nos viene, y no se trata de eso.
Pero, ¿acaso no se trata de aceptar lo que nos viene, siendo todo eso aquello que no depende de nosotros, que no podemos controlar? Que, además, es la mayoría de lo que nos rodea, y de lo que llevamos dentro, ¿no?
Además, si cambiamos el sentido de la palabra "correcto"... ya no suena como que uno se conforma con todo. Es decir:
En el primer punto, la persona que llegue es, simplemente, la que la conjunción de infinidad de variables ha hecho que llegue... ¿no?
En el segundo, idem de lo mismo: las variables provocan esto o aquello.
En el tercero, cuando comenzamos algo (si hablamos de algo "controlado" por nosotros) es que empieza cuando tenía que empezar, o sea, cuando nuestra "acción" se ha puesto en marcha.
Y en el cuarto, efectivamente, cuando algo realmente se acaba, lo más positivo para nosotros mismos es aceptarlo.
Esto es lo que me ha parecido a mí el asunto. ;)
Saludos
Iván
He dejado una entrada un poco de acorde con lo que hablamos, efectivamente el Fatalismo, o el Determinismo es un pez que se muerde la cola, que entiendo que es lo que quieres decir.
Y suscribo todo lo que dices, pero a veces sucede eso: subestimamos el poder del cambio.
Gracias por comentar @Zarevich
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